Crucé la puerta principal el primer día caída,  con pocas ganas y muchas inseguridades y cada día que volvía iba sintiendo como mi “yo” iba despertando y motivando.

A nivel emocional, el apoyo, cariño y comprensión de mis compañeras y las guías del grupo han sido lo que hizo que “Yoli” fuera asomando y saliendo otra vez a la superficie.

A nivel laboral, me ha servido para empezar a conocer y utilizar las nuevas tecnologías y utilizar las nuevas técnicas y herramientas que desconocía.

La seguridad, el cariño y la comprensión que he sentido al cruzar esta puerta me ha llenado de fuerza, de seguridad, de ilusión y sobre todo de ¡GANAS!

Porque yo lo valgo!

Muchas gracias a todas y a cada una de vosotras.

Yolanda